Mostrando entradas con la etiqueta Evangelio de hoy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Evangelio de hoy. Mostrar todas las entradas

viernes, 13 de enero de 2023

ENTRA EN MI CORAZÓN, SEÑOR, Y LÍMPIALO DE TODA INMUNDICIA

*ORAR CON EVANGELIO DE HOY*

Tú nos muestras, Jesús, que la voluntad de Dios Padre es curarnos, purificarnos del mal que nos desfigura y arruina nuestras relaciones, para que vivamos felices, como buenos hijos de Dios Padre, como hermanos de todas las personas. Gracias, Jesús, por curarme, por purificarme, por perdonarme.

Jesús, tomaste sobre ti nuestras enfermedades, te convertiste en «leproso», para que nosotros fuéramos purificados. Gracias por asumir el dolor y la muerte para darnos la salud.

Señor, que tengamos el corazón siempre abierto, para dejarnos tocar y curar por ti, para abrazar y sanar a cuantos nos necesiten. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

martes, 29 de noviembre de 2022

EN TI, SEÑOR, PONGO TODOS MIS AFANES Y PROYECTOS

*ORACIÓN EVANGELIO DE HOY*

Al tocar la luz del día mis ojos, Señor, mi corazón se levanta hacia Ti en busca de tu mirada. Escucha las palabras de quien siente la vida de nuevo, y estate atento, Señor; sé cercano a mi mano abierta. Da respuesta a mi pregunta; ayúdame en mi inquietud, Tú que eres mi Señor y mi Dios, en quien yo confío.

A Ti abro mi ser, mis ganas de vivir, mi despertar: en tus manos pongo mis miedos y mis ilusiones; ante tus ojos pongo la pureza y sinceridad de mi búsqueda; en tu camino quiero dirigir mis pasos. Oye mi voz, Señor, Tú que eres bueno y compasivo y alienta mi vida que busca en Ti luz y calor.

A Ti me acojo, Señor, al comenzar el día: protégeme. En ti pongo mi confianza, como un niño en su madre: ayúdame. A Ti abro mis proyectos y los planes de este día: acompáñame.

A Ti ofrezco lo que soy y lo que yo tengo: acógelo.

A Ti, que eres Dios de la vida, te pido fuerza: anímame. Mi corazón te ama y, lleno de gozo, exulta en Ti.

Bendíceme, Señor, y guíame por el camino justo; como un gran escudo, defiéndeme, sé mi fortaleza. Que tus alas, Señor, me cobijen y me guarden mientras yo voy viviendo el día que hoy me entregas. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.