Mostrando entradas con la etiqueta con el Evangelio de hoy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta con el Evangelio de hoy. Mostrar todas las entradas

viernes, 18 de noviembre de 2022

EL INICIAR ESTE DÍA, SEÑOR, DAME PAZ, SABIDURÍA Y FORTALEZA

*ORAR CON EL EVANGELIO DE HOY*

Al acercarte a mi vida, Señor, me dices llorando: "¡Si al menos tú comprendieras lo mucho que te amo; si comprendieras que estoy siempre dispuesto a acompañarte, a escucharte, a consolarte, a darte fuerza; si cuidaras a tus hermanos más necesitados!"

Señor, sé que tú eres fuego y no me acerco a calentarme; sé que tú eres pan y no me acerco a saciar mi hambre; sé que tú eres paz y no me acerco a curarme de mis inquietudes; sé que tú eres alegría y prefiero quedarme a solas con mi tristeza...

Prefiero hacer otras cosas, acercarme a otras personas, aunque sé que sólo tú puedes colmar el gran corazón que me diste. Señor, que tus lágrimas me conviertan y sepa acercarme cada día a ti, sin prisa, con absoluta confianza, que sepa dejarme cuidar por ti, para vivir seguro y feliz. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

FORTALÉCEME, SEÑOR, PARA QUE MI ORACIÓN SEA COHERENTE CON MI VIDA

*ORAR CON EL EVANGELIO DE HOY*

Jesús llama a cada uno por su nombre, para darles la misión que quiere, llama porque quiere, porque nos quiere. Hemos de estar atentos para escuchar las llamadas de Dios_.
Jesús: Tú eres siempre una sorpresa, eres el amigo que se encuentra sin esperarlo. Y yo te he encontrado. No esperaba conocerte tan de cerca.
Pero llegaste, como a la Samaritana, y me has dicho: "Dame de beber".
Como a Zaqueo, elevaste los ojos hasta el árbol en que estaba, y me dijiste: "Baja, que quiero hospedarme en tu casa". Sabes que te necesito, y llegas sin que te llame.
Permíteme acompañarte en el camino. Tú me conoces y sabes lo que quiero, lo mismo mis proyectos que mis debilidades. No puedo ocultarte nada, Jesús.
Quisiera dejar de pensar en mí, y dedicarte todo mi tiempo. Quisiera entregarme por entero a ti. Quisiera seguirte a donde quiera que vayas.
Pero ni esto me atrevo a decirte, porque soy débil.
Esto lo sabes mejor que yo. Sabes de qué barro estoy hecho, tan frágil e inconstante. Por eso mismo te necesito aún más, para que tu me guíes sin cesar, para que seas mi apoyo y mi descanso. ¡Gracias por tu amistad, Jesús!

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.